«Huellas» presenta alrededor de 50 obras y busca que el espectador se conecte con la obra del artista, quien llegó a Colombia en 1969. Específicamente a Bogotá, una ciudad que, como ha dicho en varias ocasiones, es el lugar donde encuentra su inspiración.
Tessarolo nació en 1945 en Venecia (Italia). Sin embargo, no creció allí. Con apenas tres meses de edad, su familia se lo llevó a Buenos Aires (Argentina).
Lo anterior se menciona en el libro Huellas, que es el primer volumen de una serie de publicaciones que serán lanzadas paulatinamente. Lo hace con un texto corto, que está escrito en primera persona y en el que el artista repasa brevemente la historia de exilio de sus padres y familiares hacia Argentina huyendo de la guerra.
Allí también cuenta cómo desde los 5 años supo que quería pintar toda la vida. Por eso es principalmente gráfico, e incluye gran parte de su obra. Se divide en 13 temáticas: los paisajes urbanos, las favelas, los bodegones y los personajes árabes y arlequines que pinta en pequeño y gran formato, en técnica mixta, acrílico, tintas vegetales o pastel.
Como les sucede a muchos de quienes escogen el camino de las artes, en un principio su familia se resistió a ello. “Ya tenía que empezar a mirar la vida en forma práctica e independizarme y la publicidad era el recurso para hacerlo sin abandonar la vocación del color”, cuenta Tessarolo en uno de sus apartes.
Sin embargo, con más de 60 exposiciones individuales en Argentina, Italia, Venezuela, Colombia, Panamá, Europa, Estados Unidos y 70 colectivas, Tessarolo ha logrado vivir del arte.
Y también lo ha utilizado para trabajar con personas que padecen de cáncer, párkinson, esquizofrenia y otras enfermedades, por medio de talleres de Neuro Arte/Arterapia.
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